domingo, abril 06, 2008

De lo duro y lo blando

Las horas del reloj pretenden ser los ladrillos de mi existencia

Con su exactitud de sesenta

Y aprobación mundial.

Pueden glotonear a destajo con mi tiempo y cuantificarlo

Desde mi nacimiento hasta mi muerte

Cruel cronometro sin sentido

Como si fuese yo una carrera de caballos

Perdida o ganada por una cabeza

Me negue al reloj pulsera y aun asi me persiguen

Excepto cuando me escapo al mar al campo a la montaña

Y ahí el paisaje que es inmenso se las traga

Y queda solo el silencio.

Entonces creo que el silencio y el Tiempo son un mismo ser

Perdido en la ciudad

Olvidado por mi y por todos ustedes

Vivo para siempre ahí donde se lo encuentre.

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